Otra vez más, la hipocresía culé vuelve a escena. Termina el partido contra el Espanyol, y Guardiola vuelve a ser elegante, sutil y meticuloso. Es todo un ejemplo de comportamiento. No solo no se queja de los árbitros si no que da a entender que los demás si lo hacen. No solo no se queja de los árbitros si no que dice que es que hacer eso "no sirve para nada " pues "no te van a dar los tres puntos". Cuanta hipocresía. En mi cuarto, con mi enfado monumental, a punto de transformarme en Mr. Hyde, me dispongo a escribir un nuevo artículo azotando a ese rebaño de mentirosos y cínicos que forman el club blaugrana (mido mis palabras pues no incluyo a la afición). Pero entonces doy con este video, observo que lo que recordaba era cierto y que la hipocresía de uno mismo se confirma con sus actos. Mou llora demasiado con los árbitros, pero demasiado con respecto a lo que a mi me gustaría, no con respecto a lo que hacen otros. Guardiola es otro gran llorón. Gracias por hacerme la vida más fácil, Pep.