jueves, 1 de diciembre de 2011

El cinismo blaugrana.

Os prometo que es superior a mis fuerzas. El cinismo que rodea al club blaugrana es increíble. Toda esta ira que tengo acumulada y que suelto ante vosotros como terapia está causada por la famosa tarjeta amarilla que vio “Shakiro” Piqué en el partido contra el Rayo Vallecano. Resulta que el año pasado la UEFA entró de oficio para hacer algo inédito, castigar el acto de forzar una tarjeta. Esto lo han hecho miles de jugadores de cientos de equipos desde que la acumulación de tarjetas existe, pero tuvo que ser precisamente el Real Madrid el pionero en esta nueva medida. Sobre todo esto tengo tres ideas:

1) Me parece normal que intenten dar ejemplo con el Real Madrid, ya que esta medida adoptada ante el club más importante de la historia del fútbol tiene mayor repercusión.
2) Lo correcto, según mi opinión, es que la UEFA hubiera tomado nota y hubiera impuesto la ley, para después aplicarla, y no al contrario como hizo el año pasado.
3) La norma es estúpida, ahora si quieres perderte un partido en concreto tienes que pegarle una patada a un rival, y ya está. Es lo mismo que forzar la tarjeta por pérdida de tiempo pero haciendo daño. Así es la UEFA.

Pero la historia continúa. Resulta que ante esta medida tomada a nivel internacional la LFP decide instaurar esa norma en nuestra liga. La norma es clara: el jugador que fuerce la quinta tarjeta deberá sufrir un castigo de dos partidos de suspensión.

El primer jugador sospechoso fue Xabi Alonso, y los medios catalanes se dedicaron a decir que Mou estaba alentando al jugador tolosarra para que hiciese trampa. Lo instruía. Mou no se conforma con hacer el mal, hace que los demás lo hagan. Pero por suerte para el madridismo el jugador no tuvo que forzar nada, ya que el propio partido lo puso en bandeja.

Resulta que le toca el turno al Barcelona. “Shakiro” tiene 4 tarjetas y fuerza de forma descarada (de la misma forma que lo hizo el Madrid en Copa de Europa) una tarjeta amarilla. El árbitro dice que por perder tiempo, pero creo que en el minuto 84 con 4-0 en casa contra el Rayo, no podemos hablar de perder tiempo si no de forzar tarjeta. Eso lo vemos todos. Pues resulta que no, que esta vez no habrá sanción. Por eso el madridismo se pregunta ¿hubiera habido sanción para Xabi en el caso contrario?



Pero el cinismo que menciono en el título del artículo se centra en Pep Guardiola y su piara de aduladores. Resulta que cuando el Madrid forzó las tarjetas en la Champions se criticó mucho a Mourinho por su supuesto enfado, ya que en verdad el quería que esas tarjetas se produjeran. Teatro del bueno, fue una de las cosas que llegamos a leer y escuchar. Ayer en cambio, fue Pep el que optó por deleitarnos con otra clase de arte dramático. Hizo gestos y ademanes de enfado ante la sanción, pero esta vez ninguno de sus pueriles súbditos ha dicho nada al respecto.

Para redondear su actuación, nunca mejor dicho, decidió decir en rueda de prensa una de sus grandes mentiras, que en este caso se caía por su propio peso. Pep es especialista en dicho arte, es capaz de decir en una rueda de prensa “yo jamás criticaré públicamente a un jugador de mi plantilla” cuando anteriormente había dicho de Ibra que “por el bien de mi club no voy a decir lo que pienso sobre Ibrahimovich.”, el cual era en ese momento jugador culé. Pues bien, ayer Guardiola dijo “yo no hablo de los árbitros” y, el muy cínico, pronunció la frase a la vez que enumeraba casos en los que el Madrid pudo salir beneficiado de las actuaciones arbitrales (y digo pudo porque no en todas ni mucho menos fue un fallo arbitral). Es decir, dijo algo así como “no digo cuando un árbitro se equivoca ni el día de la mano de Higuaín, ni el día…”. Pep es patético y la gente que lo venera lo es más aun. Guardiola ha criticado incansablemente a los árbitros tanto como entrenador como de jugador, los ha llamado mentirosos, literalmente, en rueda de prensa e incluso fue pionero en una nueva forma de crítica arbitral como es hablarle al colegiado principal a través del “pinganillo” de su colega en la banda. Insisto, es patético y que diga estas mentiras y se vaya de rositas me parece imperdonable, pero claro, al menos a los madridistas todo esto nos sirve para que quede claro el cinismo blaugrana.

martes, 29 de noviembre de 2011

El Barsa y sus tres centrales: otra gran mentira.

Hay mucho que aprender del filósofo. Pep Guardiola es el mayor estratega desde Napoleón, sin lugar a dudas. Ahora hay fiebre en el mundo del fútbol por su vuelta a los tres centrales. Los tres centrales son sinónimo de elegancia, ataque, virtuosismo técnico y tantas otras mentiras. Da igual que Cruyff lo usase hace veinte años. Da igual que Del Bosque ganase una Copa de Europa (la de 2000 concretamente) con este sistema. El caso es señalar al gurú culé como el sumo hacedor de este deporte.

Pero aunque sea muy fácil dejarse engañar, nosotros no somos de esa naturaleza concretamente. La única realidad de el por qué de los tres centrales es que el Barcelona anda muy corto de recursos en la zaga, y cuantos menos defensas deba poner menos problemas deberá tener.

Desde hace muchos meses venimos advirtiendo que la planificación de la temporada por parte del equipo blaugrana ha sido muy arriesgada, por no decir deficiente. Guardiola y Rosell prefirieron grandes desembolsos en puestos en los que había gente, puestos más galácticos como el de Cesc o el de Alexis Sánchez, para sentar en el banquillo a los canteranos Thiago y Pedrito, por ejemplo, o al improductivo Villa. En mi opinión son dos grandes jugadores y no dudo ni un momento que puedan ser grandes fichajes. El problema viene en cuanto a las prioridades se refiere. Si miramos el once titular situamos a Alves, Piqué, Puyol y Abidal como defensas de lujo. Pero cuando observamos que no hay ni un solo central natural de garantía entre el resto de la plantilla saltan las alarmas. Aun así el problema aparecería solo de vez en cuando, y para esos casos podemos parchear con Busquets y Mascherano. Lo que pasa es que ese análisis sería faltar a la verdad ya que el problema ya estaba desatado la temporada pasada. Puyol, ese inmenso jugador, lleva tiempo arrastrando problemas físicos. Es un portento pero las lesiones no le dejan continuidad, lo cual ocurrió el año pasado y ya está pasando en la temporada que nos contempla. Resulta que en las últimas ocho derrotas culés hubo un dato en común, la ausencia de su capitán, y no hay forma de sustituirle de forma eficiente en la plantilla actual. Resumiendo, el Barcelona decidió este verano jugarse la temporada a una carta, la de la salud de sus centrales, unos centrales que apuntan bajo en cuanto a su estado físico se refiere, y por eso intenta salir del problema en el que se ha metido mediante un sistema de tres centrales.


Pero claro, la repercusión mediática del fichaje del hijo pródigo o del virtuoso Alexis tuvieron mucho peso en la planificación de este año.

Curiosamente este verano escuchamos muchas más críticas hacia los razonamientos que se hacían en la casa blanca. Que si Coentrao es muy caro, que si Jorge Mendez manda en el club más que Mou y Florentino… cuando en realidad lo que han conseguido nuestros mandamases es que tengamos la que sin duda es la plantilla mas completa y competitiva (lo cual es la clave de la temporada según mi opinión) de todo el panorama futbolístico.

Deseo con todas mis fuerzas que el Barsa se la pegue este año, pero además les estaría bien merecido.