sábado, 20 de agosto de 2011

Fabricando una mentira

Una persona me dijo una vez que se puede convertir una mentira en verdad tan solo con repetirla muchas veces. Consiste en inventar algo y decirlo a todas horas, por todas partes, aunque no venga a cuento. El truco está en hacer llegar la mentira a personas que no conozcan el origen de esa mentira, al final de la historia aunque te empeñes en demostrar que aquello era una invención siempre quedará la mentira en alguna parte, y al fin el engaño será completo.

En los últimos tiempos estamos asistiendo a la invención de la gran mentira culé. No es ni más ni menos que fabricar el sentimiento de que el Real Madrid es un equipo violento, quieren convertir al equipo blanco en objeto de todas las iras y en el gran enemigo del fútbol. Todo ocurre de forma progresiva, casi sin que se note, hay que hacerlo así para que sea creíble. En Barcelona son maestros de la manipulación y el engaño, convierten situaciones normales en increíbles episodios infames, incluso son capaces de cambiar el rumbo natural de los acontecimientos gracias a esa prodigiosa forma de actuar. Como si de virtuosos trapecistas del Circo del Sol se trataran son capaces de saltar, brincar, desplomarse, dar vueltas de campana o incluso adoptar los más profundos gestos de dolor en sus rostros para hacernos creer lo que no ha ocurrido. Nos transportan a otra dimensión de la realidad, son capaces de tornar la realidad y hacernos creer justo lo contrario de lo que ocurrió. Hemos visto numerosos ejemplos durante las dos últimas temporadas, como he dicho al comienzo de estas líneas, en los primeros compases de los clásicos apenas se notaba, era el inicio de la gran mentira culé.



Al igual que ocurre con ese seudodeporte por todos conocidos como "Pressing Catch", todos sabemos que lo que estamos viendo es mentira, pero algunos prefieren creer que de verdad está ocurriendo lo que ven. Y como se dice popular mente "miente que algo quedará".

Aunque el elenco de actores esté dotado de unas magníficas cualidades interpretativas todo debe estar coordinado, planificado y bien dirigido. Estamos hablando del director de la obra, éste debe ser una persona fría, calculadora y persuasiva, para que la mentira llegue a todas partes y no se note. Estoy hablando por supuesto del gran gurú del engaño, Pep Guardiola, ese peligroso lenguaraz que envenena con sus palabras cuando los micrófonos no están presentes y que luego sufre lo que podríamos llamar la metamorfosis del gurú, y encandila a todos con su discurso mezquino pero cargado de absurdos tópicos. Este personaje es el más importante de todos y el más complicado de desenmascarar, puesto que actúa allí donde las cámaras y los micrófonos no llegan, contaminando y provocando en cualquier momento de la obra, pero sin que se note. Es el que alimenta a sus actores para que eleven sus interpretaciones hasta límites que podrían engañar a cualquiera.

El gran gurú, que nos deleita en cada comparecencia pública con una retahíla de lecciones de humanidad tiene en su haber el dudoso récord de ser el jugador más expulsado de la historia del Barcelona, todas ellas por protestas al árbitro. Como se puede observar es un director con experiencia en el arte de la manipulación y el engaño, siempre lo ha sido y ahora lo hace a lo grande. Por primera vez en la historia del fútbol hemos visto como el gurú se quejaba amargamente de una decisión correcta de un árbitro, es inaudito. Capaz de poner el grito en el cielo cuando alguno de sus actores sufre el contacto de otro jugador y que salta al terreno de juego cuando uno de sus secuaces de la Massia hace una entrada escalofriante y recibe el correcto castigo por ello.


Una última prueba de que todo esto forma parte de una gran producción destinada a otorgar al Real Madrid el cartel de equipo violento, es que tras todas las supuestas patadas, pisotones y agresiones que desde Barcelona gritan a los cuatro vientos, no se ha producido ninguna lesión o molestia al reparto culé que les hayan impedido actuar en la siguiente función.

Toda la compañía culé está trabajando duro, no solo para jugar bien al fútbol si no para crear la gran mentira culé.

viernes, 19 de agosto de 2011

Reflexiones sobre la Supercopa

Pasadas unas horas del final de la Supercopa de España, convendría hacer una reflexión sobre todo lo extradeportivo que está acompañando a los clásicos desde el año pasado, manifestado en su forma más intensa en la tangana tras la entrada de Marcelo a Fábregas.

El lado oscuro de la fuerza

Mourinho es el malo oficial que toda gran película necesita. Lleva siéndolo casi desde que era “traductor”. Pero la realidad es que “el tal Mourinho” (como le bautizó con sorna Capello para mayor regocijo de la prensa) está dando sobradas razones para que el madridismo empiece a avergonzarse de su entrenador, por otro lado muy bueno. Si bien maneja la ironía y los tiempos en el ante y post partido de una manera colosal, su impotencia ante la superioridad del Barça está acentuando gravemente aspectos negativos de su conducta que ya conocíamos: mala educación, soberbia, grandilocuencia, tendencia al histrionismo y un punto de agresividad importante.

Mourinho no ha llegado a entender que con lo deportivo está haciendo suficiente para pasar buenos años en el Madrid con una perspectiva de títulos muy razonable. Más allá de partidos puntuales en los que puede que el Madrid haya confundido intensidad con algo de violencia (eso sí, sin lesiones rivales conocidas), el Madrid ha mejorado en defensa, ataque y, ante todo, intensidad. Si él y su cuerpo técnico, una especie de guardia pretoriana barriobajera, se empecinan en poner el acento en todo lo extradeportivo en lugar de en aquello para lo que fueron contratados, el madridismo acabará por darles la espalda. Y perderán la sorprendente confianza que hasta ahora le ha brindado su Presidente.


Ruedas de Molino


¿Por qué el aficionado del Madrid apoya a Mourinho incluso tras los sucesos del partido de vuelta de la Supercopa? Es evidente que Mourinho ha entrado en el corazón del aficionado madridista, tanto de televisión como de abono. Su carácter, la percepción de mejora notable del equipo y que represente la antítesis de Guardiola son ya motivos más que suficientes. Pero a mi juicio el madridismo está viviendo una injusta situación: la actitud del Barça y de la prensa en general nos están obligando a cerrar filas con nuestro entrenador. Sí o sí. No es esta una actitud adolescente o irreflexiva, sino profundamente humana. Ni tan siquiera creo que sea resultado directo en todos los casos de envidia ante los éxitos del Barça.

El madridista no debería transigir con la dicotomía a la que se le enfrenta en cada charla de fútbol. Mourinho, ¿héroe o villano? Gran entrenador que se está equivocando gravemente en las formas, y que de esa manera daña a nuestro club. Le apoyamos porque hay que dar continuidad al trabajo bien hecho, pero le exigimos que se contenga. Nos gusta que sea irónico, lenguaraz, incluso bocazas, no es el primer entrenador que es así, pero no queremos tener a un cantamañanas representándonos. Su actitud pone el foco en el Madrid, esquivando al Barça. Como en política, la primera imagen queda y el que da explicaciones pierde.

Dicho lo anterior, si no se nos debe obligar a comulgar con ruedas de molino en el debate sobre Mou, sería injusto que todo el peso de lo negativo de los clásicos recayera sobre sus espaldas o las del Madrid. A eso me refería con la actitud del Barça y con la prensa. Si después de todo lo que hemos visto más allá del gran fútbol en nuestro máximo rival estos años el único responsable es Mourinho, me atrevo a decir que esa sí es una postura adolescente. El madridismo cierra filas con Mourinho por que le están forzando a ello, se siente dolido con actitudes del Barça y de sus jugadores y con una prensa que sólo mira al Madrid en modo destructivo, que no es capaz de criticar nada de lo que hace o dice la culería.

El buen samaritano

Pep Guardiola, el gesticulador, un endeble y limitado centrocampista con enorme visión de juego y calidad en el pase, protestón, que no paraba de hablar con los árbitros, todo el rato, una exageración, algo que también ha heredado su evolución: Xavi. Es un entrenador con carácter y mal genio que da buena imagen y sabe estar ante los medios. Más educado que Mourinho, claro está, pero pendenciero similar, desliza presiones a los árbitros en cada rueda de prensa; maestro de la unilateralidad de la violencia, con su postura de falsa humildad, con su seny impostado. Que tira la piedra y esconde la mano. Parece que en el partido de marras le dijo tres veces al banquillo del Madrid “sois una banda”, pero en rueda de prensa es él quien hace lo imposible por calmar ánimos. Los calma predisponiendo ante la dureza del Madrid, y sin criticar a ninguno de sus jugadores, ejemplares.

Ejemplares en simulaciones que llevan a expulsar a un rival (Busquets y Alves sobre todo), ejemplares provocadores (Piqué, su manita y sus “españolitos”, que luego se duele porque Mou destroza el fútbol español), protestones con el árbitro (Xavi, Mascherano, Busquets, Alves, Puyol), pendencieros (Villa, Pinto, el sagrado Messias, pelotazos a la grada, escupitajos al pasar por delate de Mou, al que provocó gravemente en los dos partidos de la Supercopa, sobre todo en el segundo). Cosas que los jugadores madridistas ven en el campo, y que no tienen reflejo en la prensa, ni en los árbitros, quienes bajan el rasero de la faltita con el Barça de manera escandalosa.

Vilanova, un segundón de apariencia ascética y que al parecer no para de insultar en el campo, un estilo al mítico Cristóbal Soria del Sevilla. Duras críticas a Mou en El País este verano, diciendo que como entrenador le faltaba haber jugado al fútbol y que nunca jugaría bien. Que salta a por Marcelo de manera sorprendente.

Se equivocan tanto como Mou los seguidores del Barça y la prensa si no ven estas cosas y siguen pensando que tienen enormes futbolistas que además son un modelo (provoca sonrojo una charlatanería sobre el Barça que lleva a filósofos como Shakira a espetar “ojalá el mundo fuera como el Barça”). Quien no vea que Marcelo se lleva una justa tarjeta roja, pero que la tangana la forman Vilanova, Pinto y Villa, que son los que echan el combustible a la misma; se equivoca tanto como el que sigue pensando que Mou actúa correctamente. Mou se equivoca con su niñería del “ojazo”, pero la colleja de Vilanova a nadie le ha parecido digna de estudio. Y si podemos descojonarnos durante años llamando a Mou traductor o “el tal…” porque un gran entrenador se burló de él cuando era un segundón desconocido, por favor, no nos rasguemos las vestiduras cuando él se cachondea de Vilanova.

No es anormal la tensión o malos modos durante y tras los clásicos, es parte del fútbol. Pero que nadie se engañe: la diferencia con la situación de hoy es que hay mucho malestar larvado entre jugadores. Y ahí la responsabilidad es de ambos clubes, ambos entrenadores y de la mayoría de los jugadores de ambos equipos. Pensar que sólo una parte es responsable sí es infantil.

TEXTO: Josemi, seguidor de nuestro blog. Animate a mandarnos tus artículos.

miércoles, 17 de agosto de 2011

La nueva tontería culé

Hoy se juega la vuelta de la Supercopa de España y después del partido de ida podemos decir que el favorito para ganarla es el Barcelona. El motivo no es otro que el resultado, literalmente, y digo literalmente porque asignar el cariz de favorito en esta eliminatoria al gurú y sus secuaces solo se debe al resultado conseguido en el Santiago Bernabeu, ya que el Madrid demostró estar mejor en todos los niveles. El equipo merengue juega mejor al fútbol, sabe hacer mejor las cosas, tiene más plantilla, se ha entrenado como dios manda durante esta pretemporada y tan solo la mala suerte hizo que no pudiera, prácticamente, sentenciar la eliminatoria en el primer clásico de esta temporada.

Uno de mis contactos madridistas repartidos por el Mundo me dijo el otro día que el partido del pasado domingo era el principio del fin de la hegemonía culé, y yo estoy de acuerdo. Creo que el Barcelona ya tentó a la suerte el año pasado con su corta plantilla, y este año dudo que tengan tanta suerte, primero porque la suerte no siempre se presenta cuando la llamas, y estos llevan mucho tiempo llamándola, y segundo porque los jugadores de su plantilla tienen un año mas, y el hoy en día frágil Puyol no tiene sustituto de garantías. Aun así el Barcelona no ha fichado centrales y ha preferido gastarse el dinero para cubrir una posición superpoblada en un canteranito más, solo que la formación de este les ha costado 35 millones de euros. Les ha salido más caro que un hijo tonto. Pero bueno, la temporada es larga y ya tendremos tiempo para comentar el buen o mal hacer de los equipos, así que centrémonos en la actualidad, en lo importante, que no es ni más ni menos que LA NUEVA TONTERÍA CULE.



Resulta que, después de un partido en el que el Real Madrid fue muy superior en la primera parte e inmensamente superior en la segunda, el aficionado culé centra sus críticas en la dureza del equipo blanco, sobre todo en la de Pepe. En un partido en el que el Madrid dominó durante 65 de los 92 minutos que duró el encuentro, en el que tuvimos 21 ocasiones peligrosas por 4 del equipo blaugrana, en el que tiramos 19 veces o lo que es lo mismo 16 más que el Barsa, en la que tiramos 6 veces a puerta sin contar los goles, por los 0 del equipo de super Pep (si, si… 0) pues resulta que en ese partido, la queja principal es nuestra dureza, y como dije anteriormente, sobre todo la de Pepe.

Pues si, Pepe hizo una entrada, sobre un pie que no estaba apoyado, sin ningún riesgo por la integridad física de la reina del dramatismo que es Dani Alves, y consiguió que para los culés el párrafo anterior no tuviera importancia. Por una jugada en la que Pepe mereció la tarjeta amarilla y Alves un Goya, el aficionado culé pone el grito en el cielo. Pero yo les entiendo, en esta ocasión el césped estaba debidamente regado y cortito, como les gusta a sus señorías, por lo que tenían un motivo menos para llorar. Aún así dejaron caer un par de frases en forma de lágrima antes del encuentro lamentando su estado de forma. Pues si, su estado de forma es lamentable, pero la culpa es totalmente suya. Jugaron de titulares los que menos habían entrenado, minando la teoría de que llevaban poca pretemporada. Además llevan poca pretemporada porque quieren, ya que la excusa de la final de la Copa de Europa no es válida para jugadores como Alexis Sánchez, el cual volvió más tarde de las vacaciones que Di Maria o Higuaín, que también jugaron la Copa de América.

Resumiendo, que seguimos siendo los malos aunque Mou no haga declaraciones, somos los villanos aunque el césped esté como ellos quieren. Ahora damos muchas patadas, patadas sin lesiones y sin violencia, pero eso a las nenas de Guardiola no les gusta. Así que me gusta imaginar esta situación: esta noche gana el Real Madrid con un gol de falta de Cristiano Ronaldo, y el aficionado culé se quejará porque no vale tirar fuerte. Son maquinas de jugar al fútbol, pero también máquinas de llorar.

Un último azote para Adriano. Dijo sin venir a cuento que los jugadores del Madrid se dedican a hablar y ellos a jugar: Amigo Adriano, viendo el partido del otro día creo que ni lo uno ni lo otro, ni nuestros jugadores hablaron, ni tu te dedicas a jugar, te dedicaste a ser lo que nunca debiste dejar de ser, un suplente del Sevilla.