El Defensor del Madridismo vive en una larga época vacacional. Siempre quise defender al madridismo, siempre me sentí ofendido cuando alguien atacaba a nuestro club. Además, como nos pasa a los madridistas, me encanta dar la cara por mi equipo en épocas tempestuosas, mientras que me camuflo entre el resto en rachas de bonanza.
Por culpa de mucha gente, pero sobre todo de nuestro abanderado José Mourinho, me encuentro de vacaciones constantes. Cada vez son menos los que critican a nuestro club, a sus dirigentes, a la plantilla o las gestiones deportivas que estos realizan. Estamos a tan solo tres puntos del eterno rival, pero son suficientes para que las aguas hayan vuelto a su cauce. Los madridistas nos mantenemos en un estado de tranquilidad y alegría mientras que los culés han desaparecido. No observamos loas al equipo blaugrana por las redes sociales, ni en los bares, ni por la calle… todo es como antes. Como hace poco, todo sea dicho de paso.
Hoy en día la gente no critica los fichajes de Florentino. Tenemos una plantilla inmensamente competente, quizá la mas completa del mundo incluso por delante del City y el United. Los culés nos envidian en este aspecto, y si no lo hacen deberían hacerlo, ya que saben que se han quedado cortos este año, sobre todo en cuanto a centrales se refieren. Como no tengan suerte con las lesiones van a sufrir y mucho en esta posición, pero claro, ellos han preferido traer otro tipo de jugadores, en concreto jugadores más mediáticos, más galácticos (imagínense mi cara de felicidad al escribir estas líneas).
Institucionalmente estamos en una situación estable. Los que somos futboleros desde hace tiempo sabemos que esa estabilidad la dan más los resultados que otra cosa, pero el caso es que no hay problemas en la casa blanca, somos una balsa de aceite. En cambio, en “culelandia”, hay diferencias institucionales entre directiva y cuerpo técnico de una forma constante, y cuando se ponen de acuerdo lo hacen para decir algo tan egoísta e impopular como lo de la liga de dieciséis equipos. Rápidamente diremos que esta teoría culé señala a equipos de la parte baja de la tabla como el Granada, Betis, Racing o Zaragoza y les dice “no sois dignos de competir conmigo”, pero lo peor de este asunto es que lo que el Barça conseguiría con esto no es jugar menos partidos y dar descanso a los jugadores, ya que obviamente emplearían ese tiempo sobrante, como ya hacen hoy en día, para sacar dinero jugando bolos en países futbolísticamente exóticos. Vamos, que prefieren que cuatro equipos con sus cuatro aficiones de primera estén en segunda división simplemente por dinero. Adoro que el Barça sea un mercenario futbolístico.
A nivel de prensa la cosa es más sencilla. La prensa sigue dejando mucho que desear desde un punto y desde el otro. Aunque me encantaría destacar dos aspectos: Mourinho sigue siendo maléfico, malvado, satánico y llorón. Aquí hay continuismo. Por otra parte, el pateador de cabezas, Neymar, como lo calificara Sport cuando saltó el interés del Madrid por el jugador carioca, ha pasado a ser un buen padre y a hacer magia con su equipo. Es de una falsedad que da asco.
En Mundo Deportivo han conseguido ser más rastreros si cabe. En portada encontramos como el Barcelona va cumpliendo paso a paso los trámites necesarios para hacerse con ese pedazo de jugador que es Neymar (el que pateaba las cabezas y era un fiestero en este periódico hace poco), y también podemos destacar como Florentino no deja de fracasar en su intento de hacer un equipo galáctico (si, nuestra plantilla es corta, se ve que nos falta gente de calidad). Podemos leer, tambíen, que Ronaldo ha vuelto a hacer una peineta en un entrenamiento con Portugal.
Lo curioso es que en ninguno de estos dos TBOs que son Mundo Deportivo y Sport encontramos ni una sola referencia a las palabras de un jugador del Hospitalet acusando a Cesc (un habitual en estas lides) de decirles “¿pero qué queréis si sois de Segunda B?".
En fin, que somos felices, y todo hace indicar que podemos serlo mucho tiempo y con más intensidad que nunca.
Por culpa de mucha gente, pero sobre todo de nuestro abanderado José Mourinho, me encuentro de vacaciones constantes. Cada vez son menos los que critican a nuestro club, a sus dirigentes, a la plantilla o las gestiones deportivas que estos realizan. Estamos a tan solo tres puntos del eterno rival, pero son suficientes para que las aguas hayan vuelto a su cauce. Los madridistas nos mantenemos en un estado de tranquilidad y alegría mientras que los culés han desaparecido. No observamos loas al equipo blaugrana por las redes sociales, ni en los bares, ni por la calle… todo es como antes. Como hace poco, todo sea dicho de paso.
Hoy en día la gente no critica los fichajes de Florentino. Tenemos una plantilla inmensamente competente, quizá la mas completa del mundo incluso por delante del City y el United. Los culés nos envidian en este aspecto, y si no lo hacen deberían hacerlo, ya que saben que se han quedado cortos este año, sobre todo en cuanto a centrales se refieren. Como no tengan suerte con las lesiones van a sufrir y mucho en esta posición, pero claro, ellos han preferido traer otro tipo de jugadores, en concreto jugadores más mediáticos, más galácticos (imagínense mi cara de felicidad al escribir estas líneas).
Institucionalmente estamos en una situación estable. Los que somos futboleros desde hace tiempo sabemos que esa estabilidad la dan más los resultados que otra cosa, pero el caso es que no hay problemas en la casa blanca, somos una balsa de aceite. En cambio, en “culelandia”, hay diferencias institucionales entre directiva y cuerpo técnico de una forma constante, y cuando se ponen de acuerdo lo hacen para decir algo tan egoísta e impopular como lo de la liga de dieciséis equipos. Rápidamente diremos que esta teoría culé señala a equipos de la parte baja de la tabla como el Granada, Betis, Racing o Zaragoza y les dice “no sois dignos de competir conmigo”, pero lo peor de este asunto es que lo que el Barça conseguiría con esto no es jugar menos partidos y dar descanso a los jugadores, ya que obviamente emplearían ese tiempo sobrante, como ya hacen hoy en día, para sacar dinero jugando bolos en países futbolísticamente exóticos. Vamos, que prefieren que cuatro equipos con sus cuatro aficiones de primera estén en segunda división simplemente por dinero. Adoro que el Barça sea un mercenario futbolístico.
A nivel de prensa la cosa es más sencilla. La prensa sigue dejando mucho que desear desde un punto y desde el otro. Aunque me encantaría destacar dos aspectos: Mourinho sigue siendo maléfico, malvado, satánico y llorón. Aquí hay continuismo. Por otra parte, el pateador de cabezas, Neymar, como lo calificara Sport cuando saltó el interés del Madrid por el jugador carioca, ha pasado a ser un buen padre y a hacer magia con su equipo. Es de una falsedad que da asco.
En Mundo Deportivo han conseguido ser más rastreros si cabe. En portada encontramos como el Barcelona va cumpliendo paso a paso los trámites necesarios para hacerse con ese pedazo de jugador que es Neymar (el que pateaba las cabezas y era un fiestero en este periódico hace poco), y también podemos destacar como Florentino no deja de fracasar en su intento de hacer un equipo galáctico (si, nuestra plantilla es corta, se ve que nos falta gente de calidad). Podemos leer, tambíen, que Ronaldo ha vuelto a hacer una peineta en un entrenamiento con Portugal.
Lo curioso es que en ninguno de estos dos TBOs que son Mundo Deportivo y Sport encontramos ni una sola referencia a las palabras de un jugador del Hospitalet acusando a Cesc (un habitual en estas lides) de decirles “¿pero qué queréis si sois de Segunda B?".
En fin, que somos felices, y todo hace indicar que podemos serlo mucho tiempo y con más intensidad que nunca.
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